IGLESIA CATÓLICA Y SUS VELAS ELÉCTRICAS (PERÚ)
ALERTA!!! MAQUINITA, ¿NEGOCIO O FE?
¿DIME CUÁNTAS MONEDAS TIENES?
A MÁS MAQUINITAS... MENOS VELAS...
QUE LÍO BOLSILLOS VACÍOS
Antes de entrar buscamos un vendedor de velas y no había ninguno. La providencia había llegado en mi auxilio y me iba a ahorrar el ingreso y el gasto. Pero no. Mi hija me llevó adentro y me pidió una moneda. Entonces recién me percaté que en los altares y frente a cada una de las imágenes católicas que poblaban el templo, no había ninguna vela, pero sí pequeños foquitos que emulaban el fuego espiritual, y adelante un pequeño letrero ante ellas que decía: “Funciona con monedas de 1, 2 y 5 nuevos soles”
Recordé cuando de niño también había prendido alguna que otra velita de la mano de Mamá en alguna iglesia, y haber pedido por la paz mundial, la salud de mi papá o un telescopio de juguete. Ante tal muestra de modernidad eclesiástica no me quedó más que sonreír, le di un sol a mi niña y ella lo introdujo por una ranura frente a los foquitos, y ¡zas! milagrosamente se prendió una bombilla. No se parecía a la velita misionera de Mamá
Nadie duda de la practicidad de este adelanto tecnológico. En primer lugar, el fuego real siempre es peligroso en especial en antiguas iglesias de madera; en segundo lugar, la cera derretida es difícil de limpiar; tercero, el humo genera hollín que se impregna en el pan de oro y daña las imágenes antiguas; por último, el negocio de las velas no puede ser monopolizado pero el de los foquitos sí. Pero ¿y el simbolismo?
En el Antiguo Testamento el rayo que cae del cielo es el “fuego de Dios” que purifica. Se define a Yahvé como un “fuego devorador” y su palabra como fuego que devora. Yahvé aparece rodeado de fuego como símbolo de su santidad como juez del mundo, de su gloria y su poder. El fuego regenera y protege. La ceremonia del fuego nuevo de la tradición católica celebra la venida del espíritu sobre la naciente iglesia, el día de Pentecostés, en el que el fuego desciende en forma de lenguas que se posan sobre los discípulos. En los evangelios, el fuego es un símbolo del juicio mesiánico en boca de Juan Bautista: “el que viene después de mí os va a bautizar con Espíritu Santo y fuego”. En el evangelio de Lucas el fuego no es destructor, sino iluminador y enardecedor del espíritu. Allí sí, como la velita misionera de Mamá.
Una de mis hermanas que aun va a misa, se pone hábito en octubre, se confiesa, comulga los domingos y sigue rezando el rosario por las tardes, me cuenta que en otras iglesias también se ha instalado el mismo artilugio: ranura, un sol por foquito prendido.
Mi hija me pregunta: ¿después de que el foquito se prenda ya puedo hacer mi pedido?
Redacción: Tomás Barriga