¿Por qué las gafas se popularizan entre los años 1920- 1930?

Hola gente, en esta oportunidad quiero hablarles un poquito más sobre la historia de las gafas y el ver porque se popularizaron en esa época y no en otra. Pues aunque no crean la respuesta está relacionada con la evoculición de la historia y sucesos de importancia mundial como la guerra. 

Veamos...




El origen de las gafas actuales de sol está íntimamente relacionado con el cambio que se produce, en la década de los años 1920-1930, en las costumbres de la sociedad del mundo occidental.

La década de los años veinte se identifica con el origen del traje moderno femenino, como consecuencia de diversos factores histórico-sociales: la guerra, la incorporación masiva de la mujer al trabajo, los ideales feminis­tas…, marcaron la transformación de la vida y las mentes de las mujeres, quienes se liberaron de corsés, colas, encajes, adornos y volan­tes; acortaron la falda y, por primera vez en la historia, se cortaron el cabello.

La silueta recta, la ausencia de curvas, la delgadez, eran parte del nuevo ideal de belleza que sustituye a la sensualidad de las curvas que potenciaba la imagen femenina en la etapa anterior. Para lograrlo, la práctica de deportes comienza a ser habitual en la vida de esta nueva mujer. La tez bronceada ya no identifica a una clase social inferior, la palidez era considerada anticuada y decadente.

La mujer de los años 20 no necesitaba, por tanto, de la sombrilla para cubrirse del sol, pero debía de encontrar una vía para proteger su vista de la intensa luminosidad que ya no sería tamizada por el quitasol. Era el momento de las gafas con lentes ahumados.

Es la era de los deportes y las gafas oscuras acompañan tanto el atuendo del automovilista como a los deportes de verano e invierno. Y fueron las mujeres las que mayoritariamente se sumaron a esta moda como parte de su liberación e índice de una nueva vida que iba más allá de las tareas domésticas del hogar.

A partir de entonces, la evolución de las gafas, tanto en su diseño como en la aplicación de los adelantos tecnológicos en sus lentes, ha sido imparable. Las primeras gafas oscuras eran poco anatómicas, bastante rígidas y de forma redondeada con armaduras de carey o de materiales sintéticos en color. Esta forma se mantuvo durante las primeras décadas de su aparición.

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se pusieron de moda para los hombres, bajo la influencia de la estética de militares y aviadores de Norteamérica, las gafas con lentes de espejo con finas armaduras metálicas, adquiriendo connotaciones de marcada virilidad, estilo que se mantuvo en vigencia y fue adoptado por algunos intérpretes del rock de finales de los años 50 como Lou Reed y Bob Dylan.

Desde los años 40, muchos músicos de jazz introdujeran el uso de gafas con lentes muy oscuros; la vida nocturna y el hábito de trasnochar requería no mostrar el cansancio ocular que ello produce.

Las gafas femeninas en los años cincuenta siguen la línea sofisticada marcada por el New Look de Dior. Las actitudes contestatarias de los jóvenes dentro de la llamada revolución juvenil de la primera mitad de los años 60 tomaron como referentes a personajes que, desde finales de los 50, encarnaban la rebeldía y que popularizaron también sus rostros con gafas: Juliette Greco, James Dean, Zbigniev Cybulski, entre otros.

Los jóvenes de los sesenta tenían donde escoger: desde la tendencia derivada del movimiento hippy con las grandes gafas al estilo Janis Joplin, hasta las múltiples propuestas de la costura oficial como ofensiva lanzada para recuperar el mercado de los jóvenes: gafas según la estética del pop art, otras como complemento de la moda futurista de Courrège, las que surgen derivadas del estilo nostálgico “abuelita”…

Debido a la cercanía que tiene este complemento con nuestro rostro, las gafas adquieren una dimensión especial, no solamente como vehículo para marcar una preferencia estética sino también el carácter convirtiéndose en una especie de telón intermediario entre la visión que queremos tener del mundo y la que queremos que el mundo tenga de nosotros.

Aunque nos parezca un invento muy moderno, las gafas de sol tienen siglos de historia. Hay teorías que sitúan su aparición en el Imperio Romano (tintaban cristales de cuarzo para protegerse del sol durante los espectáculos) o en territorios esquimales de hace más de 2000 años. A pesar de ello, la mayoría de estudios sitúan el origen de las gafas de sol en la China del siglo XII. Allí se desarrolló por primera vez una tecnología para ahumar los cristales de cuarzo con el objetivo de oscurecerlos. La función inicial de estos cristales no era proteger los ojos, sino ocultarlos. Durante el siglo XV, los cristales ahumados eran usados por los jueces para encubrir sus expresiones faciales durante las sesiones de la corte.

Ya en el siglo XVIII, el inglés James Ayscough experimentó con cristales tintados en colores azul y verde como remedio para algunos problemas oculares.

De finales del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX se extendió su uso como prescripción para personas con sífilis, ya que los afectados por esta enfermedad eran más sensibles a la luz.

MacArthur-rayban:  El General MacArthur con unas Ray-Ban Aviator.

En los años 30, el ejército estadounidense encargó a Baush&Lomb la fabricación de unas gafas que protegieran los ojos de los pilotos de aviación de los rayos del sol. Fue así como en 1937 nació Ray-Ban (que este año celebra su 75 aniversario) el primer fabricante moderno de gafas de sol, y su primer y mítico modelo Aviator, aún de moda en nuestros días.

Ya en los años 50, nacieron las populares Ray-Ban Wayfarer, el primer modelo de gafas de sol con montura de plástico, popularizado por actores y actrices de Hollywood y, posteriormente en los años 80, por estrellas de la música pop como Michael Jackson, Madonna, Blondie o Bob Dylan.
Están documentadas en el siglo XII y sus portadores fueron los jueces chinos que, para ocultar su mirada y no revelar sus veredictos, usaron cristales oscurecidos por primera vez mediante la técnica del ahumado.

También las primeras gafas oscurecidas que existieron en Europa se utilizaron para corregir problemas de visión. Fue en el siglo XVIII cuando el óptico británico James Ayscough tintó de verde o azul anteojos que a menudo llevaban los enfermos de sífilis para aliviar su fotosensibilidad.

Con la llegada del cine, los actores famosos comenzaron a ponerse gafas oscuras para evitar la agresión de los focos, lo que extendería la moda a partir de los años 30. Fue entonces cuando la empresa Foster Grant Company inició la comercialización de las gafas de sol tal como ahora las conocemos y usamos.

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